Diez meses sin escribir es mucho…cada día pienso y me asaltan nuevas ideas a la cabeza pero, la falta de tiempo y la vorágine del día a día me absorben por completo, cuántas ilusiones vertidas y cuánto conocimiento oculto que jamás verá la luz. Al fin me decido a retomar este espacio, no puedo prometer la constancia que me gustaría pero no por ello debe caer en el olvido.
Estoy harta de estereotipos sociales, no por ello me manifiesto rebelde social. Me gusta observar, analizar, interiorizar y llegar a comprender lo que ocurre en el contexto social en el que me desenvuelvo. El análisis se hace más exhaustivo si, como hoy, surgen temas de conversación entre varias generaciones y, puedes llegar a visionar las opiniones y realidades de todas las partes.
Pienso que, en muchas ocasiones el ser humano toma sus decisiones basándose en lo que es socialmente correcto aunque ello suponga una contraposición a sus pensamientos o deseos. ¿En pleno siglo XXI aún ocurre esto? ¿A qué es debido? Creo que la educación es la base de estas actuaciones. Individuos educados en una familia tradicional, con creencias firmes, restrictivas y estrictas son más propensos a obviar sus propios deseos y a aceptar lo que les viene impuesto por la sociedad. ¿Son felices? Quizás son personas conformadas con lo que les rodea pero nunca llegarán a conocer una felicidad plena, más bien estarán sumergidos en un conformismo neutro. El ejemplo claro de hoy era mi abuela, a ella le habían dicho que esto era así o asá y ni se planteaba hacerlo de otra manera, muchos años más tarde viene su nieta y sus bisnietos y le cambian los esquemas… ¿se equivoca ella o nos equivocamos nosotros? Ella es una fuente de sabiduría pero… ¿es capaz de admitir lo que cree que no es socialmente correcto? Está claro que hace casi un siglo la educación era mucho más restrictiva con lo cual no podemos prejuzgar sus razonamientos pues están fundados en algo vivido que no se puede extrapolar a la realidad actual. No se equivoca nadie, se trata de visiones dispares que puestas en común pueden retroalimentarse y enriquecerse bastante .
Conforme pasan los años me doy cuenta de que las personas no acostumbran a decir lo que piensan, no son capaces de expresar en público sus opiniones sinceras por el miedo de no tener la aprobación del contexto que les rodea. ¿No están reprimiéndose? Seguramente, estos individuos cuando llegan a casa sueltan sapos y culebras, juzgan sin cesar su entorno y se creen con el derecho de realizar juicios de valor de terceros. ¡Cuánta hipocresía hay en este mundo! Me pregunto como actuará un niño que está acostumbrado a escuchar en casa conversaciones de esta índole, ¿es capaz una persona de formarse a sí misma o viene predefinido con los clichés educativos impuestos por su contexto social? Esta pregunta a veces la responden programas del estilo Súper Nanny o Hermano Mayor ¡Qué patada le están pegando estos realitys a la tasa de natalidad española! Viéndolos se le quitan a uno las ganas de tener descendencia. No obstante, aunque los niños se tuerzan en la mayoría de los casos siempre hay un factor común: en algún momento el adulto ha tomado un camino incorrecto consciente o inconscientemente en la educación de los hijos.
Últimamente digo siempre lo que pienso, aunque no en todas partes, por ejemplo en Wassap a veces me reprimo ante personas que dan verdaderos puntapiés al diccionario, lo hago por miedo a que se sientan molestos claro está, pero no por la NO aprobación social. Cuando te expresas de forma libre muchos son los ofendidos, la gente se pone a la defensiva y no acepta las críticas. ¿Prefieren vivir bajo el paraguas de la falsedad? No creo que yo sea la oveja negra del rebaño, como he dicho no soy antisistema pero, tampoco me gusta sentirme como un borrego al que la sociedad le va diciendo qué debe o no debe hacer y que actúa para contentar a terceros y no por su propia felicidad.
La cuestión es… ¿el humano se forma o lo forman? ¿Afecta la educación recibida a las conductas socialmente correctas? Desde mi punto de vista la educación y el modelo visto en el entorno es una pieza clave pero, hay una pequeña parte de los individuos que o son antisistema y muy radicales o tienen el suficiente carisma para formarse a sí mismos independientemente de ser prejuzgados por la sociedad que nos rodea.
Es este un tema que da para escribir numerosos artículos, ¿cuántas personas han visto en las redes sociales un halo de libertad a su represión social? ¿Por qué expresar online algo que no eres capaz de decir cara a cara? No tratando de extenderme más, dejaré estas cuestiones para otro post que espero no tarde tanto en ver la luz como el presente.
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